“Abordar el Hábitat desde el Feminismo es poner la desigualdad en el centro de la agenda”

En el tercero programa de “Cómo Pensamos el Hábitat”, ciclo de entrevistas en vivo por Instagram de la asociación civil Madre Tierra, conversamos con Ana Falú, arquitecta, urbanista, feminista, académica, militante de DDHH y directora de CISCSA. Falú profundizó sobre el eje Hábitat y Géneros, denunció la “doble pandemia” en el marco de la cuarentena y planteó horizontes posibles para el día después.

A continuación, reproducimos los principales conceptos vertidos por la académica y activista en su entrevista con Madre Tierra.

La desigualdad y la diversidad que la compone

La primera condición para hablar de Hábitat y Géneros es reconocer el impacto de la desigualdad y cuáles son las diversidades que la componen. En esa diversidad, que compone la desigualdad en nuestras ciudades y territorios, la mayoría son mujeres y no sólo mujeres, también  sujetos de diversas identidades. Mujeres y diversidades  que están atravesadas por una serie de diferencias que están signando esas identidades: las etnias, las razas, las condiciones económicas, los distintos tipos de hogares, grupo etario. La neutralidad en este sentido no ayuda para trabajar. ¿Dónde están esas mujeres?  ¿Con qué población trabajamos?

Desde el feminismo, ha habido muchos avances en esta línea, no siempre reflejados en las políticas de Hábitat.

¿Qué conjuga la mirada de Hábitat y Géneros para mirar con seriedad esta diversidad?

-La diversidad sexual del trabajo es prioritaria. Hay una concepción en la sociedad que establece una división de roles. A los varones se les otorga el rol de productores y a las mujeres el de la reproducción y el cuidado. Esta mirada, va a significar formas diferentes de habitar  la ciudad, el barrio, la casa, según sea varón o mujer.

-En la pobreza, las mujeres son mayoría. Los datos oficiales de CEPAL nos dicen que aún en los años de bonanza, cuando la pobreza disminuía, las mujeres crecían en la pobreza. Esto es porque aumentan los hogares a cargo único de mujeres. Son más de un 30%. Esos hogares, de mujeres solas, con infancia a cargo y otros dependientes, se encuentran en sectores de pobreza. Mujeres solas, a cargo de lo productivo-reproductivo y del cuidado.

-El cuidado. Este es un punto importante por el tiempo que las mujeres dedican a tareas de cuidado. En sus horas de trabajo total, las mujeres dedican una parte al trabajo pago y la mayor cantidad de horas, a ese trabajo no invisibilizado, no reconocido. Actualmente, se está empezando a considerar y se avanza en su legislación. En Argentina, las organizaciones reunidas en Habitar Argentina (colectivo en el que también participa Madre Tierra) están avanzando para presentar una Ley de Cuidado.

¿Cuál es la importancia del tema del cuidado en relación al Hábitat?

Es importante comenzar a vincular conceptos. Las mujeres pobres, a cargo de infancias y de otras personas, viven en general en las periferias urbanas, en territorios donde hay carencias urbanas, que son también carencias  de derechos, como la falta de transporte, de acceso a la ciudad, a centros de educación, de falta de proximidad a centros de cuidado de niños y de adultos mayores. ¿Cómo puede esa mujer lograr autonomía? Esta falta de centros de cuidado coloca a las mujeres en una situación de dificultad a la hora de salir del espacio doméstico, para estudiar, trabajar, generar ingresos propios. Y en situación de pobreza esto genera mucha angustia. De pobreza económica, porque hay muchas riquezas de otro tipo en estas mujeres.

La violencia. Es un tema central en relación a Hábitat y Género, que se viene trabajando hace muchos años. Ya se ha  instalado un programa regional, liderado por la red de Mujer y Hábitat de América Latina y que ya escaló a programas globales. Este proceso dejó muchos aprendizajes, muchas experiencias evaluadas, que se debieran transmitir más. Estos instrumentos se refieren a violencias domésticas, que son mayoritarias, pero también a violencias en el espacio público, que aún no se vinculan debidamente a los programas de seguridad.

Respecto a la violencia pública, hay una seria responsabilidad para quienes trabajamos en temas de Hábitat. ¿Cuáles son las condiciones que hacen propicias estas violencias en el espacio público? Todo lo referente a planificación urbana, equipamiento urbano, recorridos y transporte seguros, accesibilidad. Con estos enfoques, en particular  con el enfoque de la violencia vinculada a lo territorial y al Hábitat, se han desarrollado programas interesantes en América Latina: el Plan de ordenamiento territorial de género en Bogotá, los Consejos de seguridad de mujeres, Viajemos seguro en México, Quito Seguro en Ecuador, Planificación participativa en Chile. Mucha experiencia latinoamericana, que fue floreciendo sola y creciendo de la mano de gobiernos interesados que incluyeron esto en sus agendas. Nos tenemos que centrar en la participación. Reconocer distintos actores sociales: organizaciones sociales, red de profesionales, redes comunitarias, ONG. Y lograr la articulación de estos actores con los actores públicos e incluso con privados.

Contexto actual respecto a violencia. Doble pandemia

En un mes de aislamiento social, preventivo y obligatorio, cuando debemos cuidarnos, encerrarnos, porque es un deber político hacerlo, ha habido 23 mujeres asesinadas. Por eso se acuñó el  término feminicidio. Porque saca la muerte de las mujeres de aquél concepto de la muerte pasional, y  lo ubica en el campo de lo penal: es el asesinato de una persona. Que tiene múltiples explicaciones. Las más interesantes tienen que ver con el comportamiento de esta sociedad patriarcal, neoliberal, colonialista, capitalista, que se adueña de los cuerpos. La dueñidad, cosificación y sexualización de los cuerpos de las mujeres, que permite a estos machos violentos asesinar a las mujeres sólo por ser mujeres. Porque no hacen los que ellos creen que deberían hacer. Esto es un dato objetivo: la violencia a la mujer. Tenemos que ver cómo lo vamos a trabajar. En este gobierno hay voluntad política. Se creó el Ministerio de las Mujeres, que debe articular e interactuar con otros ministerios: Justicia, Salud, Desarrollo. Se está avanzando en este sentido y  aprendiendo de otras experiencias.

Estamos frente a una doble pandemia: puertas adentro, la mujer convive con su agresor. Cómo apoyarla, cómo vincularla, como estar atentos a los canales de denuncias, a las redes. Es un tema vinculado al Hábitat: tener un lugar donde viva, donde se cobijen las víctimas de violencia.  Pero en esto, hay que avanzar con el Ministerio de Justicia y cambiar el paradigma: hay que sacar al agresor.

Pensar también en esta ciudad silenciosa. Silenciosa como nunca. Por eso podemos escuchar los gritos, los golpes. Tenemos que trabajar sobre lo colectivo, el alerta solidario de la sociedad frente a esas violencias que podemos escuchar, que sabemos que existen, que denunciadas a tiempo pueden salvar una vida. Y que esas denuncias, se tengan en cuenta. No dejar sola a la compañera. Cada ser humano es único y hay que atenderlo, contenerlo. Qué  hacer después de la denuncia. Hay que impulsar campañas en este sentido.

En tiempo de pandemia, una de las mayores tensiones es por las tareas del cuidado: higiene, abastecimiento, alimentos, atender infancia, mayores. Esto genera tensión y las mujeres tratan de disminuir esa tensión, de absorberlas. No sólo como cuidadoras, sino también desde el temor a los estallidos de esas violencias.

Todo lo que está sucediendo en esta emergencia nos interpela como sociedad local y global. Cómo va a salir el mundo de esto. Nos interpela en las tremendas desigualdades ya existentes, pero que se han puesto en evidencia y se expresan con más fuerza.

Es tiempo de destinar la mayor parte de los recursos en asistir las víctimas de estas violencias. Proteger mujeres, infancias, adultos mayores. Porque allí está la gran deuda social. Repensar el lugar que tienen las mujeres en las políticas públicas. Las  políticas de vivienda, de generación de empleo, territoriales, de salud, préstamos, todas deben priorizar a las mujeres para equiparar viejas situaciones de desigualdad en la sociedad. Empoderar a esas mujeres. Darles voz, como a todas  las voces omitidas y negadas. Cuerpos subordinados, omitidos que no se quieren escuchar.

Hay millones de jóvenes en la calle: Ni una menos, Marea Verde, La Poderosa… No podemos hacer como si todo siguiera igual. Hay que hacer un aporte serio, para que estas acciones positivas en las distintas políticas sectoriales, puedan vincularse y dar algunas respuestas. Estar muy alertas a esta vulneración de derechos y trabajar sobre ello. Y también interpelar todo autoritarismo en la sociedad. Que no se entienda que la alerta ciudadana contra la violencia, permite potenciar vigilancias represivas, de control. Revertir esa vocación de autoritarismo, para caminar en una construcción más democrática. Eso es el feminismo. Poner la desigualdad, los sujetos omitidos, la participación de las voces de la ciudadanía, en el centro de la agenda. Eso es el feminismo vinculado a los temas de Hábitat.

Posibles escenarios y salidas post pandemia

Para finalizar, desde el programa de entrevistas en vivo de Madre Tierra en Instagram, invitamos a Falú a pensar horizontes posibles para “el día después”. Esta fue su reflexión: “Para pensar el escenario que viene, hay que significar lo que está sucediendo. Se está reconociendo y dando un lugar a las violencias. Se está reconociendo y hablando del cuidado de las mujeres. No sólo en casa y hogares. También en la sociedad.  Hay un reconocimiento de esas mujeres que están en la primera línea atendiendo la pandemia. El tema de la participación y la importancia de reconocernos. Reconocer esa autonomía  y posibilitar la participación y las articulaciones.

Desde Habitar Argentina, la Organización Internacional del Hábitat y la comisión de Género de Habitar Argentina ya hay temas  propuestos, que serán centrales  y se están trabajando: Ley de Alquileres, suspender desalojos, mejorar la calidad de vida en los asentamientos. También trabajar la escala del barrio, de la comunidad, trabajar los vínculos. Ver qué pasa con el espacio público que no es sólo la plaza. Todo aquello que potencie los vínculos.

Hay mucha incertidumbre. Tendremos que cambiar algunos paradigmas de atención a la  violencia. Qué va a pasar en esta etapa de encierro con los embarazos no deseados.

Y el mundo va a enfrentar una crisis económica feroz, sin un Plan Marshall como dijo alguien. Cada país tendrá que pensar su propio plan. También nuestro país tendrá que hacerlo, teniendo en cuenta sus grandes desigualdades territoriales. Creo que la única alternativa para salir de esta crisis global es el impuesto a la riqueza. Para nuestro  país y en  el mundo entero. Y así se está discutiendo globalmente. Riqueza obscena frente a carencias básicas”.

Para ver toda la entrevista entera entra a nuestra canal: https://www.youtube.com/watch?v=baG9NMUN_Wk&feature=youtu.be

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