La pandemia del coronavirus puso en evidencia, entre tantas otras cuestiones, la necesidad de que la humanidad tienda a un hábitat más saludable. En el Gran Buenos Aires, junto a los procesos de urbanización, destaca la necesidad de más espacios verdes.
Las plazas, los espacios verdes, son el centro por excelencia de la vida urbana y en ellos se concentran gran cantidad de actividades recreativas, sociales, comerciales y culturales.
DERECHOS DE LAS INFANCIAS
En su Observación General N° 17, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU enfatiza en la importancia de que las infancias cuenten con “espacios y oportunidades para jugar al aire libre, en un entorno diverso y estimulante”. Se trata de que tengan oportunidades de invertir en su propio espacio y tiempo para crear y transformar su mundo, usando su imaginación y lenguaje.
El Comité enumera algunas características de los entornos insalubres que dificultan el juego: ausencia de áreas de juego y espacios verdes seguros, deficiente alumbrado, servicio de transporte público inadecuado y falta de acceso a la naturaleza, entre otras.
Las niñas y los niños que viven en zonas marginadas están particularmente expuestos a estos problemas, estrechamente vinculados con la mala calidad de la infraestructura urbana.
UN PROBLEMA INVISIBILIZADO
A menudo, el trabajo relativo a la atención y el desarrollo de la primera infancia se centra exclusivamente en las cuestiones ligadas a la supervivencia y omite las condiciones que permiten a niños y niñas desarrollarse adecuadamente.
Así, los programas se focalizan en la nutrición, la inmunización y la educación preescolar, con poco o ningún interés en el juego, la recreación, la cultura y las artes.
La plaza es un escenario indispensable para la experiencia vital de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
La existencia de espacios verdes de calidad tiene un impacto positivo insoslayable en su desarrollo.
PANDEMIA: NIÑECES Y ADOLESCENCIAS EN CUARENTENA
Los cuidados que fuerza la pandemia hacen aún más necesaria la generación de espacios de sociabilización saludables para las comunidades, especialmente chicos y chicas; espacios verdes y en condiciones en los que se puedan retomar actividades recreativas y culturales.
La pandemia llevó, paradójicamente, a una revalorización de los espacios verdes. Puede comprobarse este fenómeno en forma diaria en nuestros barrios y ciudades, con el masivo vuelco a las plazas por parte de la población.
Esto puede explicarse como reacción a la imposibilidad de habitarlos que rigió los últimos meses, cuando en las fases más restrictivas del aislamiento estaba clausurada la posibilidad de juntarse en plazas; también, es la alternativa natural ante los riesgos que todavía conllevan las reuniones en espacios cerrados.
EL DRAMA DE SEGUIR EN CUARENTENA POS-PANDEMIA
Ahora bien, ¿qué pasa cuando la imposibilidad de reunirse en una plaza no se debe a restricciones por la pandemia, sino a la ausencia de espacios verdes en los barrios?
¿Se imaginan vivir transitando, debido a la ausencia de plazas, una cuarentena eterna?
Eso es lo que sucede en el Barrio Los Hornos de Cuartel V, Moreno.
LOS HORNOS
La localidad de Cuartel V es el territorio más periférico de Moreno. Desarrollado como continuidad del tejido urbano de José C. Paz, con el que se vincula a través de la Ruta Provincial 24, se halla desconectado del área central del municipio al que pertenece.
Dentro de Cuartel V se emplaza Los Hornos, una zona de 500 hectáreas que comprende 7 barrios, con un estimativo poblacional de más de 40.000 habitantes.
Pese a su densidad poblacional, en Los Hornos no hay espacios verdes apropiados para el juego y esparcimiento al aire libre.
Hoy, una población total mayor a las 10.000 niñas y niños no cuenta con plazas ni infraestructura lúdica adecuada, con las graves implicancias que ello acarrea en la esfera de su desarrollo motriz, emocional y social.
UNA PLAZA PARA EL BARRIO
Desde Madre Tierra junto a la comunidad de Los Hornos soñamos con Una Plaza para el Barrio.
La plaza que se proyecta construir contará con una superficie de 4.300 metros cuadrados.
El espacio verde a ganar será aprovechado, fundamentalmente, por más de 500 niñas y niños que habitan en esta zona y se hallan en situación de pobreza y con necesidades básicas insatisfechas.
CON VOZ PROPIA
El proyecto “Una plaza para el Barrio” es una iniciativa esencial en términos de ejercicio pleno de los derechos de niñeces y adolescencias. Las niñas, los niños y adolescentes de Los Hornos cuentan en este video lo que pasa en su barrio
“En nuestro barrio queremos un espacio para divertirnos, jugar y juntarnos; para tomar mate, pasar el día y distraernos, Queremos una plaza para el barrio”, dicen niñeces y adolescencias.
TU AYUDA HACE LA DIFERENCIA
En 2006, en el marco del proyecto “El Barrio que Queremos” ejecutado en los barrios morenenses San Cristóbal y La Esperanza, se construyó una plaza pública como colofón de un desarrollo elaborado junto a niñeces, jóvenes y adultos de la zona.
En el Barrio Los Hornos contamos también con la participación de las niñas, niños y adolescentes para el diseño de la plaza, así como con el compromiso de toda la comunidad en el desarrollo y concreción del proyecto.
Con tu pequeño aporte, podremos hacer realidad el sueño de una plaza para el Barrio Los Hornos:
IG @madretierra1985 / FB: A.C.Madre.Tierra / TW: @MadreTierraAC
En nuestros 35 años ya logramos crear 17 barrios, mejorar más de 3200 viviendas, avanzar con 1200 soluciones cloacales y de agua potable y crear 32 centros comunitarios.
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